Eudald y Mercè

Redactado por Anna Valls (hija)

Fleca Valls

Eudald Valls i Majà

Mi padre Eudald, un hombre que ha dedicado toda su vida al noble oficio de Panadero. Desde muy temprano en la madrugada, cuando la ciudad todavía duerme, él ya estaba de pie, con las manos en la masa, trabajando con pasión, entrega y sacrificio.

Su jornada empezaba cuando la mayoría de nosotros todavía soñábamos, pero él nunca se ha quejado. Día tras día, durante años, ha horneado más que pan, ha horneado nuestro futuro, nuestro bienestar y nuestras oportunidades.

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Gracias a su esfuerzo incansable, a su sudor y perseverancia, nosotros sus hijas Anna, Gemma, Gloria y Núria hemos podido crecer con valores, con educación y con el mayor ejemplo de lo que significa luchar por los seres que uno ama.

Mi padre no sólo es panadero, es un artista del pan, un trabajador incansable, un maestro del sacrificio. Ha modelado su vida como amasa la harina con fuerza, con paciencia y con amor. Cada pan que ha cocido en el horno lleva el peso de su esfuerzo y dedicación y el calor de su corazón.

Gracias, padre, por ser el pilar de nuestra familia, por enseñarnos que el verdadero éxito se construye con trabajo honesta y dedicación. Te admiro profundamente, y siempre estaré orgulloso de ti.

Gracias por enseñarme a no resignarme nunca ante los retos que comporta terminar el trabajo cada día y siempre tratar de mejorar y hacerlo lo mejor que sabemos para que el resultado sea el óptimo.

Padre y Madre he aprendido de vosotros a ser auto exigente y autocrítica conmigo misma para tratar de elaborar un producto con la máxima calidad.

Gracias a ti he aprendido este oficio y he logrado entender la pasión que tú has sentido siempre como Forner Artesà y nunca olvidaré lo transmitido así como tus sabios consejos, palabras que nunca olvidaré.


"La masa es quien te habla y es ella quien te dice cómo tienes que trabajarla"

Eudald Valls Majà.


Gracias por todo padre, te quiero mucho.

Anna Valls Argent.

Mercè Argent i Boix

Mi madre Mercè. Desde siempre ha estado al pie del cañón en las tiendas en el horno de pan y donde fuera necesario, trabajando con una entrega y dedicación que sólo pueden nacer del amor por su familia y su profesión.

No había festivos, ni domingos de descanso; su esfuerzo era constante, sin esperar reconocimiento, sólo pensando en sacar adelante a sus hijas. Fue y es el pilar silencioso que sostuvo nuestro hogar. Mientras otros dormían, ella ya estaba atendiendo, organizando, cuidando cada detalle del negocio.

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Su sacrificio, su humildad y su fuerza todavía vigente, son ejemplo para mí. Porque no sólo venías pan Madre repartías cariño, enseñabas valores, y nos mostrabas que el trabajo digno, hecho con amor, es una manera poderosa de querer.

Gracias por transmitiremos el cariño por este oficio, quizás parece fácil pero no lo es, tener empatía con el cliente y saber cómo y qué quiere y sobre todo a tener paciencia. ´

Gracias por enseñarme que las cosas deben hacerse con cariño y con mucho amor y que si uno se lo propone, con ganas, iniciativa y mucho esfuerzo se puede conseguir lo que uno desea. Tus consejos siempre me han ayudado y eres ese pilar que me hace ser constante y que siempre está a mi lado en los buenos y malos momentos para saber ver y afrontar las dificultades desde otra vertiente.


Gracias, madre, por todo lo que diste, por lo que sigues dando. Te admiro más de lo que las palabras pueden expresar.

Mercè Argent i Boix


Muchas gracias Madre, te quiero mucho.

Anna Valls Argent.

Fleca y pastelería Valls